Dado el alto nivel de cambios, desafíos y agobio que conlleva la situación actual de nuestro país, es fundamental poner especial cuidado en nuestra salud afectiva, emocional y psicológica.
Para afrontarlos con éxito, es fundamental fortalecer la Resiliencia Educativa de docentes y estudiantes. Una resiliencia basada en la innovación disruptiva y en el autocuidado y el bienestar.
La resiliencia, las estrategias de autocuidado y mutuo cuidado y una amplia flexibilidad emocional para contextos de incertidumbre son claves para resguardar la seguridad sanitaria y prevenir de forma eficaz situaciones de riesgo para nuestra salud.
Es muy importante fortalecer la Resiliencia Educativa y la capacidad para recuperarse de la adversidad, incorporando nuevas habilidades socioemocionales y actividades que puedan consolidarla en toda la comunidad escolar.